"¿Cree usted que si lo pudiera decir con unas cuantas palabras, me tomaría el enorme y brutal trabajo de bailarlo?" (Isadora Duncan)

jueves, 31 de enero de 2008

Amo mi Casa


Hoy mi jefe (Manel) se fue por segundo día consecutivo a almorzar con otro de su palo y volvió con aliento a alcohol. Tenía un montón de cuestiones que despachar con él y me dijo "Puesh que hoy no tengo ganash". Qué fresco, pero que bueno, porque ahora que nuevamente me cambian de jefe, tengo la esperanza de que el proximo sea mejor en todo sentido. Seguro que sí.

Entonces, como se las tomó temprano -seguro fruto de la cerveza, Rutini, y whisky más la copiosa ingestión, y le dio sueño y fiaca- tres minutos más tarde, hice lo propio.

Salí como preso de la cárcel, y llegué a mi casa a una hora inusual: el sol todavía no se había puesto, y como esta mañana salí apurada y dejé todo abierto, febo se mezclaba entre las hojas de los platanus occidentalis o sicomoros americanos que resguardan mi balcón, proyectando en mi dulce hogar una luz verde que, combinada con el arrullo de las palomas y de un jilguero rezagado que todavía busca pareja aún a pesar de lo demasiado avanzado del verano, me trae bellos recuerdos y me hace inspirar y soñar.

miércoles, 30 de enero de 2008

El Placer de los dioses

Jé.

Hoy mi vecino me dijo que la venganza había sido satisfecha, ya que sin ninguna causa aparente, su aire acondicionado comenzó a verter agua como siempre, sólo que esta vez... hacia adentro.

Gracias, destino.

Full Frontal

Anoche enganché una parte de la de Soderbergh. No la había visto nunca. No sabía cuál era, no tenía prejuicios ni prevenciones. Me fui asombrando con la aparición de un actor famosos detrás de otro. Pero por sobre todo me llamó placenteramente la atención el formato de los diálogos distraídos, desconexos, desconcentrados. Me sentí harto identificada. Me pareció que ilustraba increíblemente agudamente el formato de mi mente, mi pensamiento. Caótico, inconexo, pero al final todo hace sentido (o casi todo). O tiene una razón. O al menos expresa esa aura mágica de nos los humanos que uno tarda demasiado en descubrir y apreciar.

lunes, 28 de enero de 2008

Dulce Venganza

personalized greetings

Neurus

Qué mal empecé el día. Anoche volví a mi hogar después de pasar un fin de semana muy relajante en el campo: anduve a caballo, chapoteé en la pileta, entretuve hasta que me dio la paciencia a los dos hijos bastante caprichosos de mi amiga teutona y su marido gaucho, y lo pasé muy lindo. Caminé por el medio del campo, comimos asadito. Todo muy lindo.

Al ocaso emprendí la vuelta, por rutas, autopistas y calles. Crucé la ciudad por el camino más curioso y llegué. Deshice el bolso y después de abluciones y otras gestiones higiénicas me fui a dormir. Pero no tuve éxito. Tengo dos vecinos: (1) una conchuda pretenciosa e ignorante que se jacta que esha antes vivía en Alvear (pero tiene más pinta de gato que lo que puedo o tengo ganas de escribir), en el 5° piso y (2) Pancho, en el 4° (que es un amigo mío que se mudó a mi edificio ya que tiene la curiosa costumbre de copiar mis buenas ideas sea cuales fueren). Ambos colocaron sendos aires acondicionados en la ventana del cuarto. Los cuartos todos dan a un aire y luz común. El aireluz es como un escenario. O quizá una radioemisora. Por allí se oyen con claridad prístina a las parejas que discuten, las que llevan a cabo sexo, o cocinan, o perforan paredes. Todas esas manifestaciones productivas de la vida las sobrellevo con bastante indiferencia. Pero lo que tengo mucha, mucha dificultad en soportar y me altera al borde de la razón y genera en mí ideas violentas y sangrientas, es estos dos vecinos desaprensivos que se transformaron en mis enemigos acérrimos, viertan el aire condensado en forma de gotas en mi patio, que queda al lado de mi cama, y toda la noche tener que soportar toc toc toc toc toc durante largas horas ya que los citados desaprensivos no se molestan en recoger los residuos líquidos en (1) algún recipiente y (2) un recipiente suficientemente grande para que dure toda la noche.

Hoy me siento capaz de pegarles con mis propias manos y pies y rodillas y hasta algún elemento contundente hasta herirlos de gravedad. Lo dije.

viernes, 25 de enero de 2008

Quelle panne

Muchas cosas añoramos con mi hermana que no nos haya transmitido nuestra madre de la suya y en cambio las suplantó por su particular, extrema, árida y antipática visión del mundo. Sin embargo, por suerte, cada tanto me saltan en el cerebro algunas neuronas rebeldes que, vía un estertor eléctrico, me recuerdan una brizna de información, una imagen, una sensación...

Mi abuela materna era una mujer etérea. Su cabeza era leve, su manera de hablar y abrazar -siempre acompañada por tres palmaditas suaves en la espalda- era liviana. Se podría decir que débil, si no hubiera sido por su mirada negra y fogosa y sus ideas secretamente insolentes. Pero sí tenía una relación con el mundo despegada, y una condición que muchas veces intento emular. Bela podía catalogar lo que para mí sería un desastre, de una simple 'panne'. Dijéramos que se tomaba la vida también con bastante relatividad. Tomaba todos los días el té en su cuarto, en un carrito con ruedas: té en hebras, tostadas con mermelada de naranja. Al terminar, empujaba el carrito hasta el vano de la puerta que dividía el comedor del 'office' sin jamás trascenderlo. Era la onceava hija cuya madre murió cuando ella nació. La crió su hermana mayor, en un altillo, bastante aislada del mundo exterior. Pintaba bastante bien. De ella heredé unas tizas Lefranc & Bourgeois en una caja de madera de dos pisos y tres calibres (finas, medianas y gruesas). Usadas, pero todavía bastante nuevas. Me pregunto si todavía las harán así. Bela tenía esa elegancia como japonesa. Cierto culto a la austeridad, cierto desapego de todo. Pero jamás la oí criticar a nadie. No parecía para nada una mujer apasionada, o al menos no lo demostraba. Me habría gustado heredar su serenidad o ecuanimidad (al menos la que yo percibí). Ella sin embargo transmitió esta noción del mundo de que es un lugar de hombres, hecho por y para los hombres, en el cual las mujeres estamos siempre en desventaja, y somos objeto de muchas injusticias. Un mandato bastante difícil de remar. Peor aún combinado con el gen paterno del ardor.


En qué vuelta del ADN, de una mujer tan leve, mansa, sumisa, devino una intensa de más, que patrulla al mundo en permanente estado de batalla? Eso sí, llena de intereses, jamás aburrida y una caja de sorpresas (casi siempre agradables).

jueves, 24 de enero de 2008

Track del momento

Que reste-t-il de nos amours

Qué poca hombría (ni siquiera hombría de bien) está poniendo de manifiesto aquél que fuese objeto de mi amor, admiración, fascinación, deseo, afecto, ilusiones y quien sabe cuántas más emociones.

Ahora que lo veo con creciente frialdad no puedo creer mi capacidad de ver cosas que no existen. Es zorro, egoísta, insensible, melindroso, sangre de pato, sangre de horchata, pechito frío, falso, histérico, demasiado coqueto, mentiroso, taimado, y no sigo porque no merece la pena.

Ahora quiero encontrar un nuevo amor, huraño aunque brillante, igual que House M. D.

martes, 22 de enero de 2008

ποταμοις τοις αυτοις εμβαινομεν τε και ουκ εμβαινομεν, ειμεν τε και ουκ ειμεν τε

En el fondo no me siento tan mal en un ámbito de constante cambio y misterio. De hecho tengo una fuerte adicción a la adrenalina de la aventura. Al menos la aventura controlada de vivir el tipo de vida que vivo.

Me gustaría tener de compañero un hombre como el franchute: bastante simplón, altamente epicúreo, sensual, tierno, con esa cosas que tienen los franceses de saber disfrutar sin culpas. Me gusta esa liberalidad, esa fluidez.

Pero también me gustan los hombres muy emprendedores y resistentes y perseverantes y un poco -sanamente- ambiciosos.

Me gusta la manera en que el ex-objeto de mi afecto pronuncia la letra n - nasal y sonora, pero claramente. Como la voz doblada al castellano de Illia Kuryaki de 'El Agente de Cipol' - probablemente mi primer amor platónico. (David MacCallum! no puedo creer que me acordé!!)

También me gustan las casas junto al mar, y el pampero cuando sopla en la playa.

Me gustan los tragos con mburucuyá.

Me gustan los cielos límpidos tanto como las tormentas amenazantes.

Me gusta andar a caballo.

Me gusta modelar arcilla en un estado semiconsciente hasta que fluye algo tan genuino que me sorprende casi como si hubiese estado poseída y las formas las conozco pero siento que no las hice yo.

Me gusta afinar y musicalizar momentos de mi vida con temas ad-hoc ... mentalmente.

Me gusta muchísimo escuchar musica experimental. Y ver arte experimental. Y baile contemporáneo. Y me gusta experimentar, al menos un poco.

Me gusta bastante más lo nuevo que lo viejo en general.

Me gustan los besos.

Me gustan los abrazos.

Me gustan los pies en la arena.

Me gustan las noches estrelladas.

Me gustan los amaneceres.

Me gusta escribir, y no lo sabía.

Me encanta hablar -- a veces.

Me gusta caminar.

Amo el olor a pasto recién cortado. Y a tierra mojada. Y el olor de los nardos en los kioskos de flores de Buenos Aires. Pero más amo los jazmines en su planta, las glicinas, las magnolias y sobre todo las peonías.

Me gustan las superficies lisas y las formas puras.

Me gusta el apaluso del viento entre las hojas de los álamos.

Me gusta nadar. Y hacer la plancha. Y sentir que floto en el universo.

lunes, 21 de enero de 2008

Nada es para siempre

¡Qué lindo cuando se acaban las cosas malas, o al menos cuando uno empieza a ver la luz!

Mi jefe que tanto disgusto me provoca, se vuelve a su país. Viene uno nuevo. Más vale nuevo desconocido que malo poco conocido.

Una nueva marea en lo laboral promete para mí más claridad, reglas de juego explícitas, y los melones que se acomodarán a la fuerza. Sobre todo los dos melones que se creen maracuyás.

Nada es para siempre. Ni las cosas malas. Aleluia.

sábado, 19 de enero de 2008

It's Raining Men?

Hoy fui a reaprovisionarme después de dos semanas de ausencia en mi hogar - no tenía ni lo más básico. Y compré lo indispensable, no obstante lo cual gasté una pequeña fortuna. Pero no me pude sustraer a una botellita marrón de forma inconfundible, con etiqueta amarilla con letras rojas que reza 'Maggi'! Hacía una vida que no me topaba con ella. La famosa salsa Maggi...! La compré más por razones sentimentales que por cualesquiera otras.

También adquirí, para reponer, unos platos. Son de cerámica china y me recuerdan a unos celestes que había en la casa de mi abuela, donde viví hasta los l8 años. Qué manera de regresar a visitar la infancia y el pasado siempre... Dicen que siempre buscamos recuperar las cosas que nos resultan familiares.

Pero también me gustan las cosas nuevas como 'The Bird & The Bee', 'The Kings of Convenience', 'José González' y otra música 'motterrrrna'. Estuve visitando nuevas galaxias. Tengo un nuevo amigo, pintor, Juan. Ayer pasé una tarde muy agradable mirando sus pinturas, sus inventos, tomando ron con jugo de naranja de envase de cartón y unos fasitos de la planta que cultiva en su mismísimo jardín de Nueva Pompeya. Había estado hacía poco en la verdadera Pompeya. Todo un soñador. Quiso que me quedara; pero como soy bastante recatadita, decliné amablemente y me volví de allende los barrios. Qué chuncana seré que recién cuando vi Córdoba me sentí que estaba en terreno cristiano otra vez.

El Arte... ¿Es Morirte de Frío?

A veces me siento como atravesada por una gran falla. Una falla geológica, claro. Pero de las otras también.

Mi vida consiste en hacer equilibrio entre un lado y otro de la grieta. Un pie en el hemisferio derecho y otro en el izquierdo. Muchas veces consigo un módico equilibrio. Pero otras veces siento que me voy a desplomar y desaparecer en la gran falla media. Me gustaría muchísimo dejarme caer en el lado derecho pero necesito tambien tener el pie izquierdo bien afirmado. Al menos para sentirme segura. Aunque me digan que sobrevaloro la seguridad.

Cuando libero la creatividad, el vuelo y los sueños e ilusiones, el equilibrio se arruina. Pero me siento totalmente yo misma, feliz y plena. Me olvido de mí. A veces me siento culpable de haber elegido la seguridad en detrimento de seguir mis sueños a rajatabla. ¿Por qué razón una persona podría moverse en dirección opuesta a sus sueños?

Cuando tomo conciencia de mi precario equilibrio entro en crisis. Sobre todo que como soy amiga de los extremos, me gustaría hacer una palomita doble mortal hacia el lado derecho y que todo me valiera bien poco. Y en ese proceso lo paso mal. Odio tener que trabajar en una oficina. A veces querría tener una lobotomía automática que regularmente me reseteara el cerebro y me liberara de tantos pensamientos amenazantes.

jueves, 17 de enero de 2008

Bien Plantada



Qué tendrán los pies que son capaces de tanta evocación. Me bastan para recordar tantas cosas: las caminatas por la playa, el sol sobre la piel, la libertad de las ojotas, los tragos relajantes, las risas, la sal, los ungüentos solares, la arena, las piedritas, las estrellas, la brisa marina, el chirrido de las gaviotas, los grillos y las ranas en las zanjas, la estrella fugaz, los amaneceres sobre el mar, las puestas de sol sobre el mar, el faro que vigila el lento pueblo en vías de dejar de serlo, los sueños de evasión a un pueblo lento, las conversaciones con los habitantes del pueblo lento, la relajación, el olor a mar y a pescado, el olor a albahaca y a rúcula y a radicchio y a chipirones, al lino blanco asoleado, los tamarindos y otras yerbas. Las conversaciones serenas e inteligentes...

Sólo queda proyectar la próxima vez.

Alto Verano

Todavía estoy como suspendida entre la vuelta de las vacaciones. No me olvidé lo bien que lo pasé. Pienso que fueron cortas. Que debería tener muchas más vacaciones a esta altura de la vida, de mi vida laboral, y de las ganas que tengo de hacer de mi vida en sí.

Inventario de la primera semana de vuelta en Baires:

*Por suerte hay días soleados y el calor no termina de derretirnos, gracias a algún chaparrón
*Hay menos gente pululando
*La ciudad está algo más silenciosa


Cosas malas:
-tengo poco trabajo y me veo obligada al confinamiento, cosa que llevo siempre bastante mal;
-tengo fiaca residual vacacional como para empezar yoga, o ir al taller a hacer esculturas o pintar;
-tengo fiaca de leer
-ya me empiezo a enrollas en lobbies laborales pedorros y estériles
-esoty desinspirada para escribir.

domingo, 13 de enero de 2008

I Still Got Sand In My Shoes


Uno de mis consuelos existenciales favoritos es que 'nada es para siempre'. Lo malo es cuando las cosas buenas no son para siempre.

Mis trece días en la playa fueron un total deleite. Voy refinando mi vacación estival de manera que termina siendo exactamente como me gusta: despertar con el amanecer, desayunar con frutas, encremarme con un pomo entero de protección máxima, salir a caminar, tomar un poco de sol; rajar de la playa, sacarme la sal, almorzar, leer o dormitar mirando el mar, volver a la playa, sentirme un poco invisible pero tambien ignorar -por miope, pero también un poco conscientemente- a la masa humana que invade nuestro querido pueblo los mediodías. A la noche salir a comer bajo la noche estrellada en la esfera más bien negra que celeste.

Devoré el libro de Juan Forn - una muy agradable sorpresa. Me decepcionó La Grieta de Doris Lessing. Pareciera que chochea. Me mató de gusto el de J. M. Coetzee (Diario de un mal año). Voy a por más.

La primera semana con mis amigas argentinas fue más bien sin novedad. Pero la segunda, con la pandilla internacional, fue tan divertida, (empezando por las caipiroskas y siguiendo por las conversaciones y promediando por los chistes). Fue un paseo más bien memorable. ¡Cómo me las merecí! ¡Gracias a mí! ¡Gracias a la vida también! Y gracias a todos los que conozco, como decían en los programas tipo de Domingos para la Juventud.

Durante dos semanas no ví una computadora, ni un diario, ni radio, ni TV. Ni oí noticias.

Mis preocupaciones fueron:
-¡Protector 20, 30 ó 40?
-¿Chipirones ó langostinos?
-¿Caipiroska o no?
-¿Me lavo el pelo?
-¿Me baño de nuevo por tercera vez en el día?
-¿Guardo la ropa sucia o la dejo tirada?
-¿Elongo o no elongo?
-¿Qué traje de baño me pongo?
-¿A qué hora amanece?

Momentos favoritos:
-Tocar bongós y tumbadoras en la fiesta en la carpa naranja
-Encontrarme con Huberto en la ídem (cómo lo queremos, ¿no, laura?)
-Caminar por la playa todas las mañanas durante dos horas o más, cuando no hay nada más que las gaviotas, las olas y el viento y el ruido del mar. Si, shalalalala. A mi también el viento y la arena me hacen suspirar. En sentido estricto. Me doy cuenta que vuelvo a respirar profundamente cosa que en general, de acuerdo a los estudios, y como la gran mayoría, sólo hago normalmente en un 30%. Notable cómo nos cambia respirar hondo.
-Después de tres caipiroskas en la huella, aflojarme, reírme y disfrutar y mirar los colores cambiantes del mar
-El pampero soplando en la playa hace tres días: la electricidad en la atmósfera, la intensidad y fosforescencia de los colores, el miedito de los foráneos y la temeridad de los locales.
-Ver un partido de polo bastante pedorro pero en un paisaje muy muy lindo de playa laguna montes de eucaliptos y mar.
-Los chistes de Philippa, la holando-británica que parece una walkiria
-la capacidad organizativa de K
-Los chistes de P
-Mi vestidito blanco de lino puro
-Empezar el año toda vestido de puro hilo de lino blanco.


Momentos menos favoritos pero no por ello menos favoritos
-Lo agarrotadas que me quedaron las pantorrillas
-Lo hechos bola que me quedaron los pies de caminar en patas en la playa
-Que en vez de queso me traigan mermelada
-Que el jugo estuviera aguado.
-Lo caro que está.

Otras buenas:
*La iniciativa de Guzmán de concientizar a los veraneantes de mantener limpia la playa (www.farolimpio.org)
*La estrella fugaz que me hizo un guiño la última noche en el faro de josé Ignacio.