"¿Cree usted que si lo pudiera decir con unas cuantas palabras, me tomaría el enorme y brutal trabajo de bailarlo?" (Isadora Duncan)

sábado, 9 de agosto de 2008

The Birds And The Bees

Como Kristina, me siento tentada de admitir que he tenido una cuota de ingenuidad. Solo que en relación a un tema mucho más cercano a mí. En qué momento y porqué imaginé que cuando hubiera vivido lo suficiente, las cosas tendrían más sentido?

Hoy en día y sin pena navego por aguas oscuras, a sabiendas de que no todas las preguntas tienen respuesta, con lo cual no vale la pena hacérselas. Sin embargo reconozco las bondades de las convicciones fuertes. Son como un escudo invisible e impenetrable que nos separa de lo doloroso, de los miedos. Siempre me gustó saber la verdad, aunque hiriera. Hoy, en la mitad de mi vida, miro no sin cierta secreta admiración a esas personas que fluyen por la vida sin aparentes problemas o cuestionamientos. Claro, puede ser una fantasía también.

Estoy teniendo muchos sueños y pesadillas pero mi mente está muy alerta en mantener cierto equilibrio entonces no me los acuerdo. Y me encanta hacerlo y explorar.

Estoy como en un estado de semialienada suspensión. Funciono. Me concentro en el equilibrio mas perfecto posible entre trabajo, enfermedades, relaciones, humores, tensiones, comunicaciones. No es muy fácil. Estoy ensayando el arte de la administración de los recursos de paciencia, energía, esperanza, realismo...

A veces pienso en cuán estrepitosa será la caída (la mía) cuando todo esto concluya. Ya fui avisando a los potenciales contenedores.

Siempre me consuela pensar que en los momentos pésimos, surgen de los lugares más inesperados, unas flores de personas que anónima y desinteresadamente ofrecen una mano. Ciertamente arroja una nueva luz sobre mi pesimista visión de la existencia.

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