"¿Cree usted que si lo pudiera decir con unas cuantas palabras, me tomaría el enorme y brutal trabajo de bailarlo?" (Isadora Duncan)
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viernes, 7 de febrero de 2014

High Fidelity

Dentro de los propósitos que me fijé -con bastante desgano- para este año que empezó, en el primer lugar estaba dejar de fumar, cosa que he logrado hacen dos meses y medio.

Otro, que se repetía en mi lista desde hace años, y al cual no le ponía demasiada atención hasta que se hizo lugar en los primeros puestos, era escribir. Escribir algo. Sin pretensiones, sin censuras. Sólo escribir, hacer caso de eso que me salía en todos los tests vocacionales de mi adolescencia, eso que se colaba en mi mente sin saber de dónde venía. Y que cada vez que lo hacía me parecía que no me salía nada mal. Es más, cuando escribía relatos de mis viajes o aquí mismo, alguna ponderación recibía. 

Pues heme aquí, recién vuelta, por primera vez en mi vida, de un taller de escritura. Esta mañana, presa del pánico más animal y buscando la estúpida excusa del temporal, casi no voy. Pero al final conseguí forzarme a mí misma y volver victoriosa de una misión que me parecía horrible por lo difícil. 

Esta fue mi primera contribución, siguiendo la consigna de escribir, como Nick Hornby, una lista de mis 5 (favoritos?) novios. 

Y claro, la literatura al final es casi siempre sobre el amor. 

Voilá: 


El escocés. Una tarde oscura de invierno, encerrada en el cuartito de la computadora, sintiendo que todo el mundo estaba con alguien, ocupados, divertidos o no, me encontré surfeando la internet. Era la prehistoria de la red. Apenas había aparecido. La conexión era vía una línea de teléfono. Hacía ese ruidito que sonaba un poco a pito y un poco a pájaro. Sólo que más electrónico. La paciencia era fundamental. Era un ejercicio prácticamente inaudito. Pero el interés tiene pies. Así que, reprogramando la mente y el cuerpo, la mirada fija en el monitor, me aboqué a completar los cientos de casilleros que me separaban de mi hombre ideal. El bombero de Montana no me sedujo. Nunca me dejé fascinar por los uniformes ni por los servidores públicos, pero cuando leí que el sistema había arrojado, aún a pesar sus precarios algoritmos, un especialista en programación de ordenadores con una lista de libros que comprendía gran parte de la literatura clásica y moderna, casi fue una epifanía. Y era escocés. Esa nación que, en el fondo de mi alma, bullía con pocos ingredientes, pero a fuego lento y antiguo, a la lumbre de los genes y de la imaginación, esperando que una ocasión inopinada apareciera y detonara una relación profunda, larga, íntima, estrecha, vital, innegable e imposible de abandonar.

El arquitecto. Prefiero que las cosas no me sucedan, sino provocarlas. Pero esta vez fue el primer caso.  Después de un tiempo que no puedo precisar, finalmente un día, llegó a mi atención un mensaje que se repetía con una insistencia menor a la que me podría haber molestado, razón por la cual finalmente lo advertí, y más aún, contesté. Aún sabiendo que podía ser peligroso. Como el agua, que se mete donde puede, sin pedir permiso, sin violencia, pero sin demoras e inexorablemente, me dio amor, cariño, sexo sin prisa, sin competición, sin alarde,  sin libertad, sin prejuicios, sin esquemas. Al final, mientras no hable se parece bastante a la felicidad, suponiendo que eso sea encontrar lo que uno cree querer. Tiene el hábito de mirarme a los ojos, a veces con una fijeza vacía de –le digo- asesino serial. Devolver su mirada es como hacer la plancha en el mar caribe. Un azul tan profundo que parece verde, en el cual me gusta perderme hasta desear que nunca más nadie me encuentre.  Pero no me gusta que me hable. Porque no entiendo su humor, demasiado absurdo para mi literalidad, sus motivos ni sus excusas. Mucho mejor es verlo en acción y editar todo lo demás.

El castigo. Es un amor platónico, pero no por eso menos real o menos fuerte. La primera vez que caminé por el pasillo largo y angosto del famoso y antiguo estudio de abogados, con su alfombra vieja y manchada, los paneles de cedro lustrado a la goma laca muñeca, como se hacía antes, porque ya nadie tiene oficio, el primero de varios que me llamó para conocernos y conversar, fue el de la primer oficina a la izquierda, la de Wolfie.  Y habíamos sido vecinos en el mismo edificio, aunque a destiempo. Como todo el resto de nuestra relación. Nos conocimos cuando él ya había puesto primera en su vida. Más bien cuando ya estaba en 4ª y pronto a entrar en la velocidad crucero en la que se mantiene desde ese entonces, hace veinte años. O más. No obstantes todos los obstantes entre medio, cada vez que nos vemos no podemos dejar de mirarnos profundamente, aún cuando hablemos de cualquier tema. Por ejemplo de la vejez, del trabajo, de las malas elecciones de nuestros amigos comunes… Su mujer sostiene que me tiene celos pero que no se preocupa porque me conoce. Lo que no sabe es que no me conoce tan bien, ya que si yo tuviera la ocasión, ella posiblemente habría de lamentarlo.


El ingeniero Para no contrariar a Freud mi primer novio fue un ingeniero, igual que mi padre. Su cara redonda, su boquita minúscula, sus ojos grandes pero sobre todo su confiabilidad fue lo que me ganó de entrada. Que me viniera a buscar a las 9 en punto cuando había dicho a las 9 te busco me generaba un estado de maravillosa excitación que jamás le confesé. No fuera que supiera con qué poco me tenía. Lástima que le faltó amor. No en intensidad, sino en duración. Sentí que se sumió en un sopor indiferente que me ofendió en lo más profundo. Aunque el sexo haya sido probablemente el que más me haya gustado.  Era un buen candidato: atractivo sin estridencias, caballero y cariñoso, buen amante y trabajador. Pero me cambió por un barco. El día que me di cuenta que lo único que le hacía brillar los ojos era navegar, ese mismo día en que me di cuenta que no me quería así de tanto, me di por vencida y lo dejé.


El franchute. Es verdad que el tamaño importa. Quien diga lo contrario miente. No sé si es cierto que el tamaño de la nariz, las manos o los pies y otros miembros se corresponden, pero tiendo a pensar que es verdad, como así también es verdad que más es mejor que menos. Y también confirmé esa teoría que no sé siquiera si existe, aunque debería, que los franceses son los mejores amantes. El mismo amor que tienen por el buen vivir, la buena comida, los buenos vinos, el rico pan, el queso y todos los otros grandes placeres hedonistas, transpira en un arte de amar que no se parece al de nadie que yo haya conocido en mi no poca experiencia. Olvídense de los judíos; aunque me faltó un psicólogo.  Claro que el problema fue, precisamente en que era francés. Y esta vez como sinónimo de amoral, mentiroso, y pelotudo. Me costó perder su compañía, su cocina, su amor y sus grandes manos.



jueves, 20 de enero de 2011

The Connector

Cuán a menudo me acuerdo de los consejos y apreciaciones desinteresados de mis amigos más entrañables e íntimos. Por ejemplo, de aquella vez que Iolande afirmó tan rotundamente que imprimió para siempre: "Ay, Cosima, ¡es que vos hacés todo mal!".

Y tiene mucha razón. He aquí un ejemplo. Acabo de realizar una transacción brillante, en modo remoto. Y como muchas otras veces, los beneficiados fueron los otros.

Está mal perpetrar actos desinteresados y encima de una efectividad y adecuación impolutas. Está muy mal que yo no haga cosas así por mí. Algo está rematadamente jodido por ahí adentro.

martes, 23 de febrero de 2010

Wolfie 2010

En un rato me encuentro con mi némesis más temido, mi amigo Wolfie.

Como siempre, me preparo para el encuentro, no sin una innegable cuota de angustia, esperanza, vértigo ...

Parte del miedo que me da encontrarme con él es porque tiene una imagen de la que fui en mis dos vidas anteriores. Sin embargo en esta tercera etapa de mi vida, aunque me sienta tan diferente, el nervio sensible de la que fui, vive en mí, aún a pesar de mis esfuerzos por negarlo.

Se me ocurrió buscar el significado de némesis, que más allá del sonido amenazante que me provoca, me sorprendió que la diosa mítica castigaba a los hijos desobedientes. Con razón! Siempre fui esa. Y Wolfie lo sabe.

lunes, 8 de febrero de 2010

Putting On A Brave Face

Hace dos días finalmente conjuré energías para reunirme con mi amigo P. Con él hemos sido colegas, amigos, cómplices, hemos salido juntos, hemos sido vecinos, prácticamente concubinos y para muchos como un matrimonio de esos que están casados hace mucho y no les hace falta decir las cosas con palabras. Su compañía es un bálsamo para mi alma. Es lindo, inteligente y bueno. Adoro sus ojos celestes, destacados por las ahora leves ojeras. Me gusta hablar con él de todo. Confío en su criterio y consejo. Almorzamos en su lugar preferido. Luego paseamos por las calles con plátanos, mis preferidos. Qué lindos que están los árboles de mi ciudad en estos días. A él no le gustan mucho los plátanos. Creo que es porque le dan alergia. Visitamos un edificio que quería conocer. Siempre se comporta como si fuéramos una pareja. Como si le gustara parecerlo. Le gusta la pareja. Le encanta contestar las preguntas indiscretas de la inmobiliaria o vendedora de turno. Al caer la tarde nos sentamos en una de las más lindas veredas con exposición norte-noroeste y nos quedamos hasta que nos echaron. Me dí cuenta que no lo ví todo lo que habría sido normal durante su estadía, porque sabía qué me esperaba cuando se fuera. Ojos que no ven, corazón que no siente. Hace un año y cuatro meses, coincidiendo con la muerte de mi madre, quemó las naves y se fue a vivir a mi ciudad favorita del mundo entero. Allá, forzado por las circunstancias, olvidó sus obsesiones y obstáculos y si bien no consiguió del todo sus objetivos, tuvo mucha suerte. Me alegro inmensamente por él y se lo digo. Consiguió una novia muy vivaz a la cual me presentó bastante formalmente.

De todas maneras, al dejarlo en la estación de tren y si bien me pude despedir con elegancia y generosidad, bastó que cruzara la calle para sentir mi corazón partido. Lloré de camino a casa, por entre medio de los bosques, sin ningún apuro y con una pena no pequeña.

Pero la vida siempre te tiene preparado otro zarpazo, para el caso que sientas pena propia. Me contó Mixmi cómo a Luz, de la manera más inopinada y, con todo el absurdo que esta vida tantas veces tiene para ofrecernos, le arrebataron la vida, en la flor de su edad, con tantos sueños sin cumplir ni promesas concretadas, unos cazadores.

sábado, 16 de enero de 2010

DarwinTown

Como me había propuesto, y en pleno ejercicio del que pienso será mi lema de este año 'lo mejor es enemigo de lo bueno', heme aquí depositando algunas palabras. Aún cuando mis neuronas estén más apaleadas que de costumbre, debido a la ociosidad, el alcohol, los trasnoches, y las pésimas compañías. Lo notable es que eso es lo que considero el contexto perfecto para desenchufar, descansar, y disfrutar. Leí un par de libros olvidables, pero finalmente encaré 'El Museo de la Inocencia' de Orhan Pamuk, que tantas alegrías me está dando. Y mi mente me jugó una pasada desagradable cuando dejé apartados en un pilón cosas que no debía olvidar ... y olvidé. entre ellas se encontraban el Ulyses (menos mal) y Sábado de Ian MacEwan (Lástima).

Pasé unos días en esta zona tan increíble en todos los sentidos como Punta del Este. La elijo porque me gustan sus playas, el mar, el clima estable lo cual en general significa menos viento que en la costa atlántica. Siempre amé el océano. Me gusta sentarme o caminar, y contemplar su inmensidad y mi pequeñez, valga la obviedad.

Sin que pudiera remediarlo, acabé casi en el área mas ardiente de la pelotudez sudamericana. Pero ello no quitó que hiciera mi silencioso y corrosivo estudio demográfico. Cada vez que voy me golpea el desarrollo urgente, descarado y demasiado ostentoso para mi gusto. Pero ya a los casi 5O ya sé que el mundo está lejos de ajustarse a lo que a mí me gustaría. No me resulta del todo imposible digerir que haya personas más aptas que otras y que por lo tanto puedan disfrutar de las consecuencias de su habilidad para prosperar - casi exclusivamente económicamente, claro está.

Pero en mi alma postcatólica, patricia renegada, artística, sociable y a gatas intelectual, me repugna cuando viene acompañada de la más descarnada condición lobuna de la humanidad. En la cámara Gessell que terminó siendo la casa donde vivimos un grupo de amigos y extraños, criados por Dior y juntados por las circunstancias, tuve ocasión de presenciar la peor versión de los seres humanos en convivencia. El programa realístico de TV palideció alevosamente en comparación con este miniexperimento del que tuve la ocasión de participar.

Con todo, encontré intuitivamente y por azar, la manera de de presenciar las muchas miserias de mis ¿amigos?. Si en algo contribuyó fue a que me sentí tan ... ¡NORMAL!

martes, 29 de diciembre de 2009

Me tomo el buque

Lo primero que voy a hacer en cuanto llegue y en cuanto sea una hora decente, será tomarme una caipiroska mirando al mar, pies hundidos en la arena. Olvidaré todas mis penas, pensaré en los que estan lejos y quiero y me divertiré con mis concubinos hasta pasada la primera quincena del año nuevo.

Me alejaré por un rato largo de este, mi favorito y tumultuoso mundo virtual. Voy a abocarme, por un rato, al mundo de los vivos. Flores de vivos, eso sí.

Cuando vuelva, prometo haber concluido mi temporada acongojada y volver con -si no nuevos brios, el propósito de reanudar escribir aquí.

Cariños, Cacho.

domingo, 1 de febrero de 2009

Pivot


Conversando con mi peor es nada, caí en la cuenta de que este año fue entre nefasto y funesto.

Se murió mi madre.

Mi amigo del alma A., se volvió a la madre patria.

Mi primo del alma C. se volvió a país del norte.

Mi primo del corazón, R., pateó el sulky y se fue al Caribe a vivir.

Y ahora, para colmo de los colmos, mi amigo del alma, mi corazón compañero, la luz de mis ojos y mi angel de la guarda pateó la moto y se va con la rubia Albión.

Como para no estar en una crisis ciática. Lo mínimo que me puede pasar. Y todo esto, casi sin vacaciones. Practicamente.

Tengo tantas cosas en la cabeza que no sé por dónde empezar a escribir.

Bueno, digamos que habiendo transcurrido el primer mes de un nuevo año puedo dar por comenzada la temporada bloggistica y empezar a desagotar. Claro, siendo la principal motivación la necesidad de metabolizar algunas cosas so riesgo de reventar en mil pedazos.

martes, 13 de enero de 2009

Atolladero

No sé para dónde encarar.

A dónde me iré.

Qué haré.

Dónde lo haré

Linda forma de empezar un año.

Aunque el año la verdad es una convención a estos efectos totalmente irrelevante. Entre el 30 de diciembre hoy, la única diferencia es que ya estuve en las montañas, en el mar, que trabajo poco y duermo poco también (mi vecina continua con su vertedero), se me volvió a abombar el piso, y todo el mundo (eso sí) está de vacaciones.

martes, 21 de octubre de 2008

Para muestra basta un botón.

Hoy fui protagonista de un fallido tan alevoso, que me reí de mí misma hasta casi arrojar las entrañas.

Tengo este amigo, llamémosle Wolfi. Aunque tiene también nombre de ángel. Si bien vivía en mi mismo edificio cuando yo tenía entre 18 y 25 años más o menos, no lo recuerdo de esa época. Por las vueltas de la vida, terminé trabajando con él. De aquella época recuerdo su brillante mente y su agudeza, como así también su sarcasmo y su cualidad astringente.

Con motivo de la muerte de mi madre, me mandó un mail cuyo asunto anunciaba 'No sé qué decirte'. Me dijo que quería verme. Le dije que más adelante, que no estaba de ánimo para socializar. Esta mañana temprano me manda de nuevo un mail:

Él: ¿Almorzamos hoy? ¿En el Sushi Club a las 13:15 hs?
Yo: ¡Acepto!

Si bien él contestó 'nos vemos' yo elegí inconscientemente leer de nuevo el texto que había puesto originalmente en el asunto ('No sé qué decirte') y le repliqué:

Yo: ¡No se requiere respuesta! Nos vemos ahí. Ya me hiciste reír. Y no es muy fácil estos días.
Él: 0k. No te respondo más.
Yo: Me colgué. Volví a leer lo de ‘no sé qué decirte’ del asunto y pensé que me habías contestado eso. Ando en modo condicional. Soy inimputable
Él: No quiero contradecirte.

Creo que queda clarísimo que si no fuera porque ya está tomado, sería la horma de mi zapato.

lunes, 30 de junio de 2008

Pájaros

Hoy el azar hizo que me rozaran unos mimos inesperados.

Al mediodía mi amiga de la infancia MS me avisó que almorzábamos con TG, otra amiga de la más tierna infancia. Si bien a la primera la veo regularmente, a la segunda no. Fue un momento muy cálido de compartir - aunque algo apuradas para encajar el momento en el horario de almuerzo, limitado para dos de nosotras- un poco de lo que nos anda pasando a cada una.

Después volví a trabajar, y el chofer aprovecha un aparte para decirme que me apreciaba, que soy una mina inteligente y que no descuido detalles, pero que 'hay personas que te quieren perjudicar'. Francamente me rompe bastante la armonía tener que ocuparme del exobjetodemiafecto y el monaguilloimpotente y si bien lo advierto, francamente no tengo ganas, energía o lo que hace falta para seguir combatiendo. si quieren mi trabajo que se lo queden. Má sí.

A media tarde me llama mi tía LE y me dice.

-Cosima?
-Tía.
-Acaba de llamar un señor preguntando por (mi sobrenombre y apellido completo) a mi casa (su apellido de casada no fue impedimento para que me ubicara) y me pidió tu número. Como no sabía quién era y si lo querrías atender porque quizá era un indeseable, le dije que te iba a pasar el telefono para que vos lo llamases. Tenía la voz gastada pero sonaba como un tipo 'bien'.
-...
-...
-Era HE
-¡El Pájaro! ¡No te puedo creer que me llamó el Pájaro!.
-...
-...
-Gracias!! YA lo llamo!


El pájaro es un amigo mío muy entrañable. Trabajamos juntos en Córdoba hace muchos años y nos vemos muy cada muerte de obispo pero tenemos un cariño tierno y gozoso. Lo pasé a buscar por la galería de arte de su hermano y nos fuimos a tomar unos drinks. Repasamos puntillosamente los últimos veinte años. Se vuelve mañana. Volverá a venir el mes que viene. Quedamos en escribirnos y hablar y volvernos a ver en su próxima visita a este gran engendro que es la capital federal. Llevaba colgadas tres cadenitas, con sendas medallitas de un ángel, una virgen, un cardo, una cruz y algo medio étnico. Le dije: parecés uno de esos surfers que están de vuelta. Me dice: Son recuerdos de todas las personas que perdí durante estos últimos años.

Me voy a dormir con el corazón calentito.

By the way, conseguí un 'ringtone' que es el canto de un chimango, guira-guira, urraca o análogo, y si bien para algunos es espeluznante, ahora cuando lo oiga voy a pensar en mi antiguo y querido H.

domingo, 18 de mayo de 2008

Friends

Siento cierta satisfacción del 'orden cerrado' (como diría El Pájaro) que me ataca en ciertas épocas del año y va desde roperos, regalar ropa vieja, tirar papeles viejos, cambiar cosas en mi casa, y hacer una limpieza de relaciones también.

Me encanta conocer gente nueva, rara, diferente, especialmente si tienen una personalidad rica. En los últimos años desarrollé una amistad bastante grande con F., un hermano latinoamericano que vive en Buenos Aires, yo creo que un poco huyendo del ojo crítico de su pequeño y conservador pueblo natal por su condición de homosexual, pero además también porque aquí puede vender su imagen de hombre de mucho mundo y poca calle, socializar en las más altas esferas y otros beneficios, todo por un precio bastante módico que no afecta el bolsillo de su sponsor.
Tuvimos una larga temporada de una linda amistad. Cotilleamos como comadronas, nos acompañamos en momentos aciagos, criticamos las mismas cosas, paseamos por Palermo viejo, organizamos saraos sofisticados, y nos divertimos mucho. Pero casi inexorablemente este tipo de cristiano, hijo de un padre del opus y una madre anarquista pero sumisa y absorbente, reclamaría toma de posiciones innecesarias. Defendí durante mucho tiempo no necesariamente tener que pelearme con mi amiga L -con quien se había peleado a muerte- para solidarizarme con él. Pero él insistió y lo intentó de mil formas diferentes hasta que al final me pidió consejos sobre cómo mandar un regalo que a la vez manifestase desprecio a una persona, sin decirme que era mi querida amiga L. Esa fue la última gota.

Por otro lado ayer fui al cumpleaños de mi querida amiga Lu. Lu es dulce, inteligente, bien educada, de buenos sentimientos, de buen corazón, aunque no por eso ingenua o ciega. Tenemos nuestros momentos de picardía pero sin maldad, verdaderamente. Ella y su familia están ligadas por múltiples lazos a la mía, durante más de una generación, aunque nos conocimos de grandes, trabajando. Pues ayer ella, su madre, sus hermanas gemelas, su cuñado griego, el cuñado medio holandés, la tía rica, las íntimas amigas, no faltába nadie. Qué buen ambiente, distendido, suave, placentero, alegre, rico, todo en equilibradísimas proporciones. Santiago del Varadero es un paisaje para mi muy extraño. Este lugar en particular es un terreno alto, que mira hacia la ciudad más antigua de la provincia de Buenos Aires, según relató el anfitrión, y ofrece un paisaje atípico de bañados y buques en el horizonte. No hacía calor ni había sol y soplaba una brisa tibia muy conveniente.

Es un arte armar un portafolio de amigos. Es duro podar; pero a veces es mejor para el alma.

viernes, 2 de mayo de 2008

¿Realmente, Todo Vuelve?

Ayer a la mañana, cuando estaba repatingada en mi casa, disfrutando de mi bien merecido día de la esclava, me llamó mi amigo para venir a buscar dos pinturas que le hice a su pedido (y dale con los encargos...)

Vino relajadísimo, se copó con 'Atardecer Sangriento' y se llevó 'Swell' de yapa. Conversamos como siempre muy animadamente, tomamos café, nos reímos, y bajamos a buscar el auto para cargar los bastidores, que no son chicos.

En el ascensor me topo con un maniquí de pelo renegrido, estirado al extremo, de puntas ajadas y ralas, anteojos negros y campera de cuerina con mala vejez. Me franquea el paso y en una fracción de segundo me doy cuenta que es la del 5°, cuyo aire acondicionado goteó todo el verano en mi toldo y me trastornó el sueño. Sin embargo la miré con indiferencia, me subí el ascensor y lo mismo hizo Marten. Pero ella, haciendo gala de su inexistente clase, tino o decoro, dijo al reconocer mi voz:

--"Te podrías dejar de gritar que me entero de toda tu vida?"
--¿Ah si? ¿y te interesa?
--No porque es muy aburrida
-Ay, pues cuánto lo siento.

Y me bajé de ascensor disfrutando haberle arruinado sin saber su mañana del día del trabajador.

lunes, 14 de abril de 2008

Vico

Vengo de almorzar con mi amiga.

A lo largo de estos meses en los que ha sido objeto de kimioterapia siempre esperé verla peor; pero no me dio el gusto. Como otra amiga mía, I., es un poco ave fénix. Resucita cada vez de sus propias cenizas. La encontré rozagante, animada, positiva. Valiente.

Verla siempre me ayuda a revalorizar temas. Tomar un poco de perspectiva, volver un poco a mi eje. Sólo un poco.

¿Será cierto como decían los griegos (?) que uno a cierta edad pierde el alma?

viernes, 15 de febrero de 2008

Valientes

Anoche nos reunimos con el Lonely Hearts Club y fuimos a comer a un lugar glamuroso, en número impar.

Mi amigo F. es habitué del lugar y había reservado la mejor mesa, en el lugar más recóndito pero más visible, menos ruidoso, insuflado con una luz color caramelo opaco o más bien alabastro. Comimos opíparamente y tomamos espirituosamente bebidas bastante energizantes como por ejemplo un daiquiri pero con ron maracuyá y menta, seguido de un vino muy sentador.

El festejo obligado de la festividad importada, copiada del gran país del norte aunque presuntamente de raíces romano-cristianas, se transformó en una velada de carcajadas viscerales que atraían las miradas de los aburridos festejantes que miraban atónitos la partida cosmopolita, heterogénea y feliz.

domingo, 13 de enero de 2008

I Still Got Sand In My Shoes


Uno de mis consuelos existenciales favoritos es que 'nada es para siempre'. Lo malo es cuando las cosas buenas no son para siempre.

Mis trece días en la playa fueron un total deleite. Voy refinando mi vacación estival de manera que termina siendo exactamente como me gusta: despertar con el amanecer, desayunar con frutas, encremarme con un pomo entero de protección máxima, salir a caminar, tomar un poco de sol; rajar de la playa, sacarme la sal, almorzar, leer o dormitar mirando el mar, volver a la playa, sentirme un poco invisible pero tambien ignorar -por miope, pero también un poco conscientemente- a la masa humana que invade nuestro querido pueblo los mediodías. A la noche salir a comer bajo la noche estrellada en la esfera más bien negra que celeste.

Devoré el libro de Juan Forn - una muy agradable sorpresa. Me decepcionó La Grieta de Doris Lessing. Pareciera que chochea. Me mató de gusto el de J. M. Coetzee (Diario de un mal año). Voy a por más.

La primera semana con mis amigas argentinas fue más bien sin novedad. Pero la segunda, con la pandilla internacional, fue tan divertida, (empezando por las caipiroskas y siguiendo por las conversaciones y promediando por los chistes). Fue un paseo más bien memorable. ¡Cómo me las merecí! ¡Gracias a mí! ¡Gracias a la vida también! Y gracias a todos los que conozco, como decían en los programas tipo de Domingos para la Juventud.

Durante dos semanas no ví una computadora, ni un diario, ni radio, ni TV. Ni oí noticias.

Mis preocupaciones fueron:
-¡Protector 20, 30 ó 40?
-¿Chipirones ó langostinos?
-¿Caipiroska o no?
-¿Me lavo el pelo?
-¿Me baño de nuevo por tercera vez en el día?
-¿Guardo la ropa sucia o la dejo tirada?
-¿Elongo o no elongo?
-¿Qué traje de baño me pongo?
-¿A qué hora amanece?

Momentos favoritos:
-Tocar bongós y tumbadoras en la fiesta en la carpa naranja
-Encontrarme con Huberto en la ídem (cómo lo queremos, ¿no, laura?)
-Caminar por la playa todas las mañanas durante dos horas o más, cuando no hay nada más que las gaviotas, las olas y el viento y el ruido del mar. Si, shalalalala. A mi también el viento y la arena me hacen suspirar. En sentido estricto. Me doy cuenta que vuelvo a respirar profundamente cosa que en general, de acuerdo a los estudios, y como la gran mayoría, sólo hago normalmente en un 30%. Notable cómo nos cambia respirar hondo.
-Después de tres caipiroskas en la huella, aflojarme, reírme y disfrutar y mirar los colores cambiantes del mar
-El pampero soplando en la playa hace tres días: la electricidad en la atmósfera, la intensidad y fosforescencia de los colores, el miedito de los foráneos y la temeridad de los locales.
-Ver un partido de polo bastante pedorro pero en un paisaje muy muy lindo de playa laguna montes de eucaliptos y mar.
-Los chistes de Philippa, la holando-británica que parece una walkiria
-la capacidad organizativa de K
-Los chistes de P
-Mi vestidito blanco de lino puro
-Empezar el año toda vestido de puro hilo de lino blanco.


Momentos menos favoritos pero no por ello menos favoritos
-Lo agarrotadas que me quedaron las pantorrillas
-Lo hechos bola que me quedaron los pies de caminar en patas en la playa
-Que en vez de queso me traigan mermelada
-Que el jugo estuviera aguado.
-Lo caro que está.

Otras buenas:
*La iniciativa de Guzmán de concientizar a los veraneantes de mantener limpia la playa (www.farolimpio.org)
*La estrella fugaz que me hizo un guiño la última noche en el faro de josé Ignacio.

jueves, 27 de diciembre de 2007

Apagadx/Fuera del área de cobertura



Me voy, pero cuando el sol me calcine y me ardan los ojos y los pies, y no dé más de la arena, paso x el ranchito de techo de paja con una mesa de caña con una compu del año de zaratustra y me conecto y por ahí posteo algo. O quizá conteste mails. O quizá encuentre alguno online en el IM.

Los tendré en mis pensamientos. Quizás. Si acaso uso el cerebro. Cariños, eso sí.

Fue muy grato tenerlos de vecinos en este espacio. Reanudo en dos semanas. Son ridículas las despedidas. Y más aún en la blogósfera, que todo es virtural. Pero me pintó. Godpseed. Espero portarme bastante, pero lo que se dice bastante bastante mal.

lunes, 10 de diciembre de 2007

Ahí Va El Capitán Beto/Por El Espacio

Cómo me gusta explorar mundos diferentes y sentirme diferente, y a la vez sentirme en parte parte. Recientemente he descubierto que dos sueños recurrentes que a veces me ponen bastante ansiosa, se refieren a esto. Debería sacar el foco de mi 'dayjob' y ocuparme muchísimo más de las otras galaxias que me gusta frecuentar.

Anoche volví a mi casa caminando disfrutando una noche fresca, acariciada por una dulce brisa fluvial. Volví de ese lugar más o menos árido con un nombre tan aleatorio y anglizante que resulta inverosímil y para mí risueño, ya que dicen también aloja unos cuantos casos perdidos. Así pues, en esta locación telúrica, se formó una banda improbable de treinta y tantos anglos, maridados con unos cuantos entrerrianos profundos. Un asado tan rico como no había comido en mucho tiempo, sol, pasto, trigo, maíz, caballos, cotorras, tijeretas, chimangos, horneros y mucho, mucho viento para mi mente agotada. Lo disfruté enormemente. Sobre todo la larga charla con el churro cínico del libro gordo con una marca bastante torpe. Notables también la escocesa de a caballo con quien nos reímos visceralmente hablando del tamaño de la 'estratósfera' de mi ex, simpatiquísima y de cejas sorprendentes; la mitad española, mujer alpha reticente y en crisis; el de ojos grandes y aparentemente muy tímido pero probablemente muy narciso de acuerdo a otros observadores; la amazona un poco acelerada y para mí también un poco ambiciosa; el veterano un poco vulgar y verde; el hijo de genes claramente mejorados; los de cejas muy rubias, regios y pendejos y nuestra preferida, la hippie productora de películas que nos encantaría importar.

Qué gran karma es la gran aldea. Una pequeña ventana a otros lugares pone rápidamente perspectiva entre las obsesiones y uno. Qué ancho es el mundo y que a gusto me siento cuando los horizontes son infinitos. Lástima que estas cosas duren poco. Estoy muy contenta de haber andado por ahí.

jueves, 1 de noviembre de 2007

Celebraciones

La verdad que qué poca imaginación hay que tener para copiar tontamente celebraciones ajenas. Hoy es un día que me gusta. Voy a hacer mi celebración particular del día de hoy. El día de todos los santos. Para mí santos no son los que estén en el cielo ni los que fueran capaces de obrar milagros.

Santos son los que yugan día a día y mantienen la sonrisa.
Santos son los que no pierden el optimismo aún en este país irremediable.
Santos son los que sorprenden con un acto aleatorio de generosidad desinteresada.

Y también me reconcilié con mi propia santidad. He tenido y seguramente tendré momentos en los que me siento orgullosa de mi misma como fruto de haber entregado mi talento o mis acciones o mi corazón sin pedir nada a cambio. En eso sí sé que soy buena.

Mi pensamiento va a todas esas personas que me rodean y quiero y admiro.

Está buena mi religión particular. Cada uno debería (de hecho creo que cada una la tiene) tener la suya propia.

martes, 9 de octubre de 2007

La Bolivianita

Abro una nueva sección en mi blog que es la de mis amigos. Tengo muchos amigos. Son todos tan interesantes, coloridos y extravagantes que, la verdad, merecen un apartado.

Hoy almorcé, igual que durante todos los días martes del último mes y medio, en lo de mi amiga amiga MLT. Ella es mitad cordobesa y mitad boliviana de Santa Cruz de la Sierra. La conocí hace muchos años, cuando ambas estudiábamos en la Universidad de Córdoba. La convivencia nos hizo muy amigas, aunque la verdad es que nos parecemos poco. Pero a mí me hace mucha gracia su personalidad y básicamente me maravilla su amor propio y autoestima a prueba de cualquier cosa. Trato de emularla en sus actitudes de reina, pero reina con clase. Siempre segura de sí misma y enamoradiza.

Pues esta chica se casó a los 22, tuvo dos hijas y a poco se separó. Estuvo varios años sin convivir aunque siempre con novios. Aunque su familia es de buena posición, es de las que le puso el cuerpo a la vida. Crió a sus hijas trabajando arduamente, hasta que terminaron el colegio.

Hace dos años, cuando empezó a ver universidades para su hija mayor, contactó al primo de sus primos que vive en Buenos Aires. Supuestamente su idea era enganchármelo, para lo cual me mandó una vez a buscar un almohadón que ella misma bordó -es muy hacendosa, muy a la antigua. El primo de los primos no me dio ni cinco de bola y a mi me parecio además un nabo.

Poco tiempo despues empezó a venir muy seguido y helos aquí que ... se enganchó al cristiano. Obviamente lo primero que le dije fue: "¡¿Cómo?! ¡¿Me sacaste mi futuro novio!?" con el sólo fin de mortificarla. Nos reímos como locas. Luego de un año de encuentros a mitad de camino, viajes amorosos furtivos (todavía le miente a los padres cuando se va con algún noviete de romance), hace menos de un año me llama y me dice: "Adiviná qué". Le contesto: "Y, o te casás, o estás embarazada, o te venís a vivir a Buenos Aires.


-"Las tres cosas", dijo muy oronda, y otra vez estallamos en risas hasta que lloramos.

viernes, 28 de septiembre de 2007

Baja Primavera

Tengo más eventos sociales de los que me gustaría tener que participar. Me toca tarde de chapa y pintura y un poco de shopping. Me las tomo y quien sabe cuándo me reconecto.