"¿Cree usted que si lo pudiera decir con unas cuantas palabras, me tomaría el enorme y brutal trabajo de bailarlo?" (Isadora Duncan)

lunes, 1 de octubre de 2007

Galaxias Paralelas

De los eventos social/religiosos del fin de semana a los que me invitaron y no podía rehusarme a asistir bajo ninguna excusa creíble, el que esperaba con un poco más entusiasmo y el que al final resultó menos grato fue el casamiento. Me gustaba la idea de que fuera a media tarde, en una estancia de 130 años, justo a tiempo para la puesta de sol, con olor a pasto recién cortado. Además me encanta la ceremonia de casamiento, durante la cual nos convencemos durante un rato que es muy posible amarse para siempre y ser felices y hacerse viejitos juntos y con amor y romance y felicidad.

Efectivamente fue una tarde gloriosa; no había mosquitos. La gente parecía bastante linda en general, sin estridencias. La fiesta estaba bien pensada y atendida. Pero cuando se supone que todos ya adquirieron un beneficioso estado etílico y se empiezan a aflojar un poco y a bailar sin miedo al ridículo, o se les escapa algún gesto amoroso cuando menos, cuando la fiesta se empieza a poner divertida... bueno... ¿ese momento? ¡Nunca llegó! Diormío! ¡Qué fiasco! Después caí en al cuenta de que la familia de la novia (yo fui invitada por el novio) son simpatizantes de una conocida secta católico-talibana. Esta gente no tiene ni idea de disfrutar la vida. Y sobre todo no se dan cuenta de cuán aburridos y chatos son sus superficiales discursos machistas.

Al menos me quedó muy linda mi combinación de vestido 'taupe' con rebozo a rayas mexicano en fucsia, rojo, verde, ojotas con taco fucsias - con cristal Swarowski, y carterita de terciopelo borravino, y collar de coral abundante para disimular el escote. Fue muy exitoso el paso del atuendo de la tarde con sol rajante, a la noche estrellada. Cuando no queda nada más, al menos me alegra cuando se puede rescatar cierto sentimiento glamoroso.

Ah! Y una frase que me espetaron y que, aunque no me la creo, viniendo de quien viene, quizá podría servir para sentirme bien alguna vez: “A vos es imposible que te vaya mal”. Agregó que el recuerdo de mi paso por su institución es como una estela de alegría y desesperación. Tengo que decir que para un comentario articulado por un ingeniero, me torció bastante la mente.

5 comentarios:

Satamarina dijo...

podrá ser capáz de mandarme una foto de su vestuario? No logro imaginarlo, pero colores Mexicanos me entusiasma sobremanera.

En esa fiesta yo no hubiese esperado que arranquen los retrogrados, lo mejor ahí es agarrarse al abuelo materno y ponérsele a bailar...todos rién y ya está.

saludos

Anónimo dijo...

Ah, pero qué panorama tan poco alentador! Lagentesa es jodida (aguante el ingeniero)
Lo mejor de todo, tu equipete, yo también muero por verlo!

Besos

Cosima dijo...

Chicas, espero que les haya gustado el preview.

No visualicé al abuelo, sino de buen grado habría entretenídome con él.

Sí estaba el ahora ex-objetodemiafecto que estaba más relajado que de costumbre pero no del todo.

Se desconoce el paradero de los novios porque la luna de miel era un destino sorpresa. Hasta eso me pareció una boludez. Pero bueno, quizás también mi mirada ya entonces estaba un poco viciada.

Tommy Barban dijo...

La próxima llevame y te hago de locomotora del trencito, vas a ver como enganchamos enseguida una punta de vagones, vagonas y vagoncito/as.

Cosima dijo...

De mil amores, Tommy. Y de paso lo arrollamos al socotroco.