Si tengo que elegir algún tipo de religión, voy por las prehistóricas. Cuando más se me ha hinchado el alma fue cuando estuve, en dos ocasiones diferentes, en Stonehenge y en Calanish. Particularmente en el primero.
Fue un día del alto verano, ventoso, con grandes y amenazantes nubes que transitaban el cielo a una velocidad y masa que no podían menos que sobrecogerte.
No sé si habrá sido mi buena predisposición hacia ese encuentro con el pasado, o el viaje por las ondulaciones del sudoeste de la isla pero fue una experiencia que debo admitir bastante se acercaba a la magia. Le escapo a los profetas de la energía pero en ese momento sólo quería abrazar las piedras, sentarme a su sombra, pararme en el medio y quien sabe qué cosas más.
Si hay algo que me acerca a un poder superior es la naturaleza, y los pueriles intentos del ser humano por comprenderla. Así me siento frente al cosmos: atónita, maravillada, un poco perdida pero sobre todo lanzada a explorarlo. Y como dice Mixmi, no de valiente, sino de temeraria.
"¿Cree usted que si lo pudiera decir con unas cuantas palabras, me tomaría el enorme y brutal trabajo de bailarlo?" (Isadora Duncan)
miércoles, 26 de diciembre de 2007
Ritos de Pasaje
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario