"¿Cree usted que si lo pudiera decir con unas cuantas palabras, me tomaría el enorme y brutal trabajo de bailarlo?" (Isadora Duncan)

lunes, 24 de septiembre de 2007

Los Niños de la Selva IV


Lo que más nos gustaba era ir a las cascadas. Parecía que había cascadas de todas las proporciones y por todas partes. Desde Iguazú hasta el salto Primavera. Gozábamos bañándonos en el arroyo de la Plantadora, aunque el agua era caliente y barrosa y bastante umbría. A los 50 grados que harían, cualquier agua corriente calculo que era bienvenida.

Además siempre estaban los bichos, con sus nombres extravagantes. Los ¿cómo se llamaban? jejenes, bigüís? ... ¡¡Barigüís!! No puedo creer que me acordé de eso. Si no me equivoco eran unos mosquitos inmundos que te picaban y despues te ponían los huevos en la picadura, entonces despues se te infectaba todo y del agujerito salían más bichitos barigüís bebitos, dentro de la pus y la sangre. Eran asquerosamente fascinantes.

1 comentario:

Anahí Lazzaroni dijo...

Me encantan los recuerdos de tu infancia.