Por eso me gusta tanto la arcilla, el barro. Creo que estoy teniendo suerte en rescatar una escultura que se secó y agrietó. Hasta ahora sobrevive. Mientras la tierra recupere la humedad, aparentemente, siempre tiene un remedio. Eso le hace bien a mi alma. Me consuela que hay cosas que sí tienen remedio, en contraposición a partes de la historia irremediable que no la tuvieron y cuyas cicatrices son grandes.
Aunque tiene que pasar la prueba del fuego, esta pieza creo que además tiene nombre ya: Pena Serena. No es una pena exhibicionista; es una pena elegante, algo orgullosa, autocontenida, sufrida. Da un poco de compasión, pero tiene tambien una brizna de esperanza estructural que la salva.
Tengo que definir la pátina. Quizá hasta la pinte color esperanza.
"¿Cree usted que si lo pudiera decir con unas cuantas palabras, me tomaría el enorme y brutal trabajo de bailarlo?" (Isadora Duncan)
miércoles, 14 de noviembre de 2007
Non Omnis Moriar
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
6 comentarios:
ugh cosima que concordancia la nuestra...
ver mi post hoy
Mis reverencias. Siempre admiré a quienes pueden coordinar pasion, imaginacion, cerebro y manos.
No logro hacerle a mi hijo una miserable vaquita con plastilina (y lo amo porque igual me festeja cualquier engendro)
Buen nombre para melancolica situacion.
Mixmi - no en vano tenemos tanta historia común. No estamos solas.
Brasil, gracias! el contacto con algún tipo de creación siempre es bueno no importa el material. Siempre me gustó modelar, desde que hacía figuritas de barro del camino en mi infancia. El contacto con la tierra es incomparable.
Ri es una melancolia pero no demasiado triste. Gracias.
"No es una pena exhibicionista; es una pena elegante, algo orgullosa, autocontenida, sufrida". Ojalá una pudiera sentir penas serenas como la que trabajas con tus manos. Una belleza.
Son penas penas- aunque llevadas con decoro. Pero duelen.
Cosima
Publicar un comentario