Hoy mi jefe (Manel) se fue por segundo día consecutivo a almorzar con otro de su palo y volvió con aliento a alcohol. Tenía un montón de cuestiones que despachar con él y me dijo "Puesh que hoy no tengo ganash". Qué fresco, pero que bueno, porque ahora que nuevamente me cambian de jefe, tengo la esperanza de que el proximo sea mejor en todo sentido. Seguro que sí.
Entonces, como se las tomó temprano -seguro fruto de la cerveza, Rutini, y whisky más la copiosa ingestión, y le dio sueño y fiaca- tres minutos más tarde, hice lo propio.
Salí como preso de la cárcel, y llegué a mi casa a una hora inusual: el sol todavía no se había puesto, y como esta mañana salí apurada y dejé todo abierto, febo se mezclaba entre las hojas de los platanus occidentalis o sicomoros americanos que resguardan mi balcón, proyectando en mi dulce hogar una luz verde que, combinada con el arrullo de las palomas y de un jilguero rezagado que todavía busca pareja aún a pesar de lo demasiado avanzado del verano, me trae bellos recuerdos y me hace inspirar y soñar.
"¿Cree usted que si lo pudiera decir con unas cuantas palabras, me tomaría el enorme y brutal trabajo de bailarlo?" (Isadora Duncan)
jueves, 31 de enero de 2008
Amo mi Casa
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2 comentarios:
¿Vio cómo el jefe de uno también le puede disparar momentos disfrutables en la vida?
No se queje si no se queja, querida...
El jefe dice puesh cuando se mama, o es gallego?
Yo conoci un Manuel, jefe, borracho de barba que se dedicaba a las RRPP. Espero que no sea el mismo
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