El viernes, mientras trabajaba, me llamó mi hermano más grande con urgencia. Los cuatro nos dirigimos tan rápido como pudimos, y no llegamos a verla una vez más con vida. Nos hicieron esperar. Lloramos. Soportamos el golpe juntos. No quiero recordar o relatar detalles.
Me gusta pensar que el día 26, el día anterior al 27, que era el día que cumplía años nuestro padre, él la vino a buscar para festejar juntos de nuevo, después de 30 años exactos. Me gusta pensar que quizá podrían estar tomándose unos gin&tonics bailando boleros al son de Tito Puente, o la Sonora Matancera. Amarraditos. Como los ví tantas veces cuando me levantaba para ir al colegio, y ya con el uniforme y debidamente desayunada, bajaba a despedirme antes de irme a clase, y los encontraba bailando lento a las primeras horas del día, estirando una velada magnífica hasta lo increíble.
"¿Cree usted que si lo pudiera decir con unas cuantas palabras, me tomaría el enorme y brutal trabajo de bailarlo?" (Isadora Duncan)
lunes, 29 de septiembre de 2008
Se Fue Para Siempre
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1 comentario:
cómo lo lamento,! te doy un abrazo muy fuerte desde aqui.
Que pena tan grande, justo pensé cómo estaría tu mama cuando te mande el anterior
Un beso enorme
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