Sábado ardiente en la ciudad. Aparece en el ciberespacio SS, antiguo 'festejante'. Un festejante con escaso o nulo éxito en conseguir festejarme, a pesar de lo cual decidí que no era él, sino que soy yo. Entonces le propongo cine y sale. Ofrezco comprar las entradas con tiempo y ocuparme. Acepta emocionado. Lo paso a buscar. Me indica por dónde ir, dónde doblar, en qué carril circular y dónde estacionar. Vamos a ver a Jude y a Robert. Una vez allí, señala a dónde deberemos dirigirnos, aunque no sólo no tenga la menor idea, sino que no hay cines en ese piso. Luego descubre que el actor que hace de malvado es Andy García, aunque en realidad es Mark Strong.
Comemos en la vereda de una pizzería, a la merced de la brisa caliente del verano metropolitano, donde me ilustra sobre los ingredientes elementales de la pizza a la napolitana. Conseguimos reímos en un par de ocasiones. Me cuenta que está tocando en una banda de música brasilera. Tocan una música poco conocida (sic), más moderna que la bossa nova, o sea el pagode, me explica. NO sólo sé lo que es el pagode. Sé también que no me gusta. Me dice que me invita a verlo tocar en algún lugar de la costanera. Cuando llegamos a la locación advierto que era en una plaza. Miles de autos estacionados en todos los lugares posibles. Mucha gente hormigueando por veredas, calles, sendas y avenidas.
Esta vez le explico yo que no hay dónde estacionar, que quiero hacer pipí, y que no me divierte el programa. Así que me voy a mi casa silbando bajito, disfrutando de lo único bueno que ofrece la gran urbe en este furioso verano meridional: las calles vacías.
"¿Cree usted que si lo pudiera decir con unas cuantas palabras, me tomaría el enorme y brutal trabajo de bailarlo?" (Isadora Duncan)
lunes, 25 de enero de 2010
Me faltaron vacaciones II
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13 comentarios:
Ups. ¿Quién la entiende, nena? Sale con el bepi, le banca sus antics de control freak, pero cuando le dice de ir concretamente a algún lado... sólo porque eso no le gusta... ¿lo manda a freír churros?
¿No se da cuenta, querida, de que ni Downey, ni Law, ni los que tocan pagode en realidad son los protagonistas de la película?
Creo que si lograban reírse en un par de ocasiones más, las cosas salían. Que de eso se trataba, me parece.
Food for thought.
Igual con este ni modo.
En "The importance of being Ernest", Oscar Wilde dice: "Cuando un hombre se pone a hablar del clima con una mujer, quiere hablar de cualquier cosa menos del clima".
Bueno, acá es lo mismo.
Alguien que se llame Cosima (¿se llama Ud. realmente Cosima?) merece, aunque sólo fuese por llevar ese bellísimo y original nombre, millones de lectores en su blog. Nombre que Liszt puso a su hija, la que enamoró primero a Hans von Bülow y luego le puso cuernitos, dejándolo por su impar "amigo" Richard W, ése que hacía musiquita para que cabalgaran las guerreras.
Me encanta su estilo de escritura, si no le importa que se lo digan.
Roedor, no ignoro esa realidad. Pero el crestiano en cuestión no me provoca la volundad :)
Rob, Gracias por tu visita y comentario y cumplidos. Las razones que imaginás son parte de las razones por las cuales elegí mi nom de plume.
'El estilo de mi escritura' no creo que sea ningún estilo, solo el de alguien a quien le gusta cada tanto tratar de expresar algunos pensamientos en palabras, y que tiene los dedos ágiles. Y la mente... bueh, a veces un poco pasada de vueltas.
encontré esto y me gustó http://www.nietzscheana.com.ar/cosima.htm
a mi tampoco me gusta el pagode.
"No me provoca la voluntad", jaja! Mi abuelita usaba esa expresión. Haga lo que quiera, querida, pero mientras no la invite a ver a Arjona va a estar todo bien.
Arjona?! Puaj!!! Qué inmundicia. No se la remaría aunque fuese lo último que hiciese.
Ya me quedó claro que no da ni para una noche aburrida en la ciudad.
Muy loco como encontré este blog: En un comentario en The Sartorialist, y cómo decia que eras de Argentina antré creyendo que me iba a encontrar con otro blog de moda de los 1000 que leo a diario. Muy loco realmente y la verdad refrescante. Ojalá algún día pueda expresarme la mitad de bien que lo hacés. Supongo que debe ser influencia de tu madre. Los traductores son unos perfeccionistas de la lengua. Si lo sabré, lo sufro a diario. Soy estudiante de traductorado público. Y una nueva seguidora de tu blog definitivamente!!!
Gracias por tu visita y tus comentarios Sol. Te llamás igual que mi amiga-hermana. Supongo que los vientos cósmicos nos arrinconan a los que pensamos o sentimos parecido! Ahi chusmeo tu blog. Me impresiona que hayas leido tanto. No me acordaba haber mencionado que mi madre fuera traductora. Si, fue una influencia gigante. Tambien adoro el lenguaje... y el perfeccionista.
el perfeccionismo, quise decir :S
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