Mis pesadillas en un alto porcentaje consisten en el el dolor que produce el descubrimiento del engaño. Anoche estaba en la casa de una familia amiga de mi familia desde hace un par de generaciones, con lo cual era como la mía misma. ES como la mía. El pater familias murió, después de padecer varios años Alzheimer y la madre se enfermó de diabetes, igual que casi todos sus muchos hermanos. Ella me llamaba en un aparte con la clara intención de hacerme una corrección fraterna, a la cual acudí intrigada. Pero mucha más intriga me dio cuando me pidió que no le diera más besos ni abrazos cuando nos saludábamos o despedíamos, porque en su familia no le gustaban. Si estuviera haciendo terapia y me preguntaran con qué lo asocio, me sería difícil relacionarlo con algo, más allá del sudor fruto de la canícula de este país que ahora es tropical y no nos queremos convencer.
Después soñé que me iba a la posada en la playa a donde voy siempre en esta época, pero habían mudado mis cosas al sótano en función de que yo estaba pasando unos días en la casa de mis amigos. Y en mi cama había un negro. Y otra persona, durmiendo al lado. Ok. Ahí me desperté.
Después soñé que me iba a la posada en la playa a donde voy siempre en esta época, pero habían mudado mis cosas al sótano en función de que yo estaba pasando unos días en la casa de mis amigos. Y en mi cama había un negro. Y otra persona, durmiendo al lado. Ok. Ahí me desperté.
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