Lo que más valoro es la libertad. Lo que más deseo. Es mi valor supremo. Claro que la libertad, elegida de manera indeclinable, tiene su precio. A veces parece un precio un poco alto. Pero es como cuando te vas de vacaciones al preciso lugar donde querés, y lo disfrutas sin importar el precio. Después cuando tenés que pagar el precio medio te embola; pero te acordás de los beneficios y te conformás. El problema es el extremo. La libertad extrema se puede volver un poco nauseosa. La ausencia de límites a veces puede sentirse un poco vertiginosa. Y a veces los compromisos son una bendición. Siempre y cuando no sean asfixiantes. Una de mis imágenes oníricas favoritas es un globo rojo con un piolín, que vuela, vuelta alto, libre. Pero claro, después viene el viento y quizá lo lleva a lugares donde le cuesta sobrevivir. O se pincha por la excesiva presión. O no está preparado para tanta aventura extrema.
Inversamente proporcionalmente huyo del confinamiento todo lo que puedo; que no es mucho. El confinamiento al menos conceptualmente me vuelve loca. Tengo una tolerancia muy limitada al confinamiento físico ó virtual.
Sólo sé que no se nada. Aunque me gustaría tener unas cuantas ideas claras. Pero quizá a esta altura de la vida, lo mejor que he aprendido o al menos vislumbrado, es que el mundo, la vida, no es una foto, es una película. A veces una película sin sentido. O con una lógica que no podemos aprehender. Quizá debería preguntarme menos algunas preguntas, y surfear el universo con mucha más actitud zen. Fluir por las galaxias, mantener la perspectiva, no detenerme en pequeñeces, pensar más a largo plazo, ver el bosque y no fijarme tanto en el árbol, con lo que me gustan los árboles. ¿Cuál es el botón para morigerar la intensidad que tiñe mi cosmos particular?
"¿Cree usted que si lo pudiera decir con unas cuantas palabras, me tomaría el enorme y brutal trabajo de bailarlo?" (Isadora Duncan)
sábado, 8 de marzo de 2008
La Libertad
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4 comentarios:
la medida de las cosas
las cosas con medida
who knows?
el todo no es para los mortales
el todo lo ocupan los mortales, por lo menos ese todo que podemos conocer y despues contar!!!!!! la libertad es lo mas lindo coincido, hay que sentir la libertad aunque no pueda ser vivida, por lo menos yo soy presa de esta ciudad enferma y lo elegi, por eso me siento libre!!!
Creo que una de las peores expresiones en contra de la libertad son las represiones y los miedos que puede imponerse uno mismo. Siempre que alguien quiere coartarla desde afuera es más sencillo escamotear el control, pero cuando esa amenaza está dentro nuestro, cómo recuperar la libertad, no? Complicado.
el boton es el clitoris
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