Odio cuando la vida da giros inesperados, inconsultos, inexorables. Es inminente el paso por el cuchillo de nuestra progenitora. Intento modelar mi mente de manera de no preocuparme antes de tener efectivamente que preocuparme pero no lo consigo del todo.
Quizá por eso anoche tuve un sueño rarísimo en el cual yo misma intentaba reflotar mi amistad con mi antigua compañera de colegio de quien no fui nunca amiga (más bien nos disgustábamos visceralmente), Sandra Macri. En el sueño hasta la ponderaba de su buen aspecto, y lamentaba los años en los que no nos habíamos visto. Adoro las vueltas arbitrarias de la mente que nos ofrece cócteles imposibles.
Si me dan ganas trataré de desentrañarlo. Por ahora atenderé a temas mucho más pertinentes y concretos. Puaj.
"¿Cree usted que si lo pudiera decir con unas cuantas palabras, me tomaría el enorme y brutal trabajo de bailarlo?" (Isadora Duncan)
jueves, 17 de abril de 2008
Al Cuchillo
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