Hace un tiempo estaba en la iglesia de San Luis de los Franceses admirando uno de mis pintores favoritos, cuando al ver que yo colocaba una moneda tras otra durante horas para que se prendiera la maldita luz que iluminaba la capilla y poder ver la obra de mi admirado Caravaggio, un tano me approchea y me dice -Ché torrrmento, eh?
Hablamos un rato sobre cómo el artista había podido transmitir ese sentimiento entre desesperado y masoquista, a través del claroscuro y del manierismo de las formas. Disfrutamos un rato largo de la conversación a la vez que nos reíamos de estar gastando una fortuna en liras para poder apreciar la Pasión de Mateo un rato más.
Hacen muchos años de eso, pero la palabra 'tormento' pronunciada con acento italiano, muchas veces me viene a la mente en circunstancias que, pienso, lo ameritan.
Por ejemplo esta mañana, cuando me desperté espantada porque pensé que me quedaba dormida, pero además venía soñando en una zanja en malasia donde esclavos contenían el agua con bolsas rojas llenas de arena. Pero en la zanja estaban dispuestos, como sardinas (una cabeza para arriba, otra para abajo) otros malayos cuyos cuerpos putrefactos causaban espanto y quiza pena. Qué hermoso y auspicioso sueño para empezar la semana con buenos ánimos!
"¿Cree usted que si lo pudiera decir con unas cuantas palabras, me tomaría el enorme y brutal trabajo de bailarlo?" (Isadora Duncan)
lunes, 28 de abril de 2008
Tormento!
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